lunes, 9 de diciembre de 2013

A propósito de Carlsen Campeón Mundial

http://www.jotdown.es/2013/11/cuando-el-ajedrez-se-convierte-en-la-estrella-del-baile/

Cuando el ajedrez se convierte en la estrella del baile

Publicado por 
Desde Chennai, India
anand_carlsen
En el mismo momento en que arranco a escribir estas líneas, unos ochenta millones de personas están siguiendo en directo, a través de televisión, la retransmisión de una partida de ajedrez. Varios cientos de millones más lo harán a través de internet o en diferido. Son cifras superlativas, perfectamente comparables a las que alcanza cada año la final de la Superbowl. El match que disputan en Chennai el ídolo local, Viswanathan Anand, y el joven prodigio Magnus Carlsen, ha sido además el primer trending topic en sus respectivos países de origen, India y Noruega. Y las más variopintas publicaciones, como Time, CosmopolitanFinancial Times o Sports Illustrated, ya le habían dedicado páginas enteras a este encuentro desde antes de que se moviera el primer peón en Chennai.
No cabe duda de que el ajedrez está lejos de ser un deporte de masas. Sin embargo, de tanto en cuando, sucede que un duelo por el campeonato mundial de ajedrez se convierte en un fenómeno global, que cautiva la atención no solo de los aficionados, sino de millones de curiosos atraídos por el halo de misterio que envuelve a este juego centenario. A ello contribuye también el particular tempo de esta competición: aunque su periodicidad varía, suele celebrarse aproximadamente cada dos años, tras un proceso de selección durísimo del que sale un único candidato. La escasez de oportunidades para ascender a esta cumbre hace más trágico cualquier error y aumenta la épica; y el periodo de espera va incrementando la expectación entre los aficionados. Es un fenómeno que solo resulta comparable al que generan los mejores duelos boxísticos o, quizá, las grandes citas en la prueba reina del atletismo, los 100 metros lisos.
Mientras que muy pocos recordarán dentro de un par de meses ese partido de la Champions League de fútbol que tan emocionante nos pareció la semana pasada, toda una generación quedó marcada por aquel duelo que disputaron Boris Spassky y Bobby Fischer en 1972. Durante ese verano, el mundo entero se detuvo a contemplar lo que sucedía alrededor de aquel tablero en Reykjavík en el que, en plena guerra fría, un americano y un soviético se medían para demostrar quién era el mejor estratega del orbe. Por todas partes, en ciudades de todo el mundo, se podía ver a aficionados reproduciendo los movimientos de las partidas que recibían a través de los periódicos o los boletines de radio; en juego estaba un título que, en cierta manera, confiere al vencedor el aura de «persona más inteligente del planeta».
Seis años más tarde, ya con Bobby Fischer desaparecido de escena, todos los focos volvieron a apuntar a un tablero cuando, en Filipinas, un enclenque muchacho llamado Anatoly Karpov tuvo que salvar la honra de su país, y de todo un sistema político, defendiendo su corona ante un disidente soviético: el veterano Viktor Korchnoi. Y ya se sabe que no hay peor enemigo que el que ha sido tu amigo: si bien el triunfo de Bobby Fischer había hecho rodar cabezas en la URSS, la posible victoria de un desertor hubiera sido mucho peor; resultaba algo inimaginable. Se había invertido demasiado en convertir a Karpov en un héroe nacional, en el paradigma de la superioridad intelectual soviética, como para echarlo a perder ahora con una derrota ante un indeseable. Fue este un duelo plagado de escándalos, sazonado por la presencia de agentes de la KGB que desataron la paranoia, con consecuencias como las acusaciones de que el bando soviético empleaba parapsicólogos para hipnotizar a Korchnoi.
Con esta pasión se seguía el ajedrez en la antigua Unión Soviética.
Con esta pasión se seguía el ajedrez en la antigua Unión Soviética.
Mediados los ochenta, surgió la que es posiblemente la mayor rivalidad en la historia del deporte. Karpov yKasparov se midieron por primera vez con el título en juego en 1984, bajo un formato que daría el triunfo al primer jugador en lograr seis victorias, no contabilizando los empates. Aunque Karpov comenzó dominando claramente a su joven e impetuoso rival, este se recompuso, y fue tal la igualdad a partir de ese momento que el duelo se eternizó, prolongándose durante seis meses de interminables empates sin que Karpov consiguiera inclinar definitivamente el pulso a su favor. Los periodistas extranjeros que se habían desplazado a Moscú a cubrir el evento se enfrentaban a dificultades con su visado, a comprensibles problemas laborales y conyugales, y alguno incluso llegó a aprender ruso en su inesperadamente larga estancia. Acosado desde múltiples flancos, el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez tomó una decisión sin precedentes: decidió suspender el encuentro sin proclamar vencedor, apelando a la preocupación por la salud física y mental de los contendientes. Karpov, ya de por sí un alfeñique, había perdido unos nueve kilos debido a la tremenda tensión. Kasparov, con solo veintidós años y una constitución atlética, parecía más entero físicamente, pero sus ojos encendidos y pelo alborotado le hacían parecer la reencarnación del mismísimo diablo: había pasado casi medio año aferrado con las uñas al borde de un precipicio. Curiosamente, cada uno de los dos ajedrecistas pensó que la decisión le perjudicaba a él y beneficiaba a su rival, lo que encendió la mecha de una enemistad que duraría décadas enteras. Para muestra, un botón: En cierta ocasión, en una entrevista con Der Spiegel, le preguntaron a Karpov, «¿qué haría si fuese con su esposa al mejor restaurante de la ciudad, y la única mesa libre fuese la situada al lado de donde se encuentra cenando Kasparov?». La respuesta de Tolia fue inequívoca y fría como el hielo: «Puedo sobrevivir varios días sin ingerir alimento alguno».
Kasparov y Karpov se batieron en cinco encuentros por el campeonato del mundo. A lo largo de su carrera se enfrentaron en unas doscientas partidas, que suponen en total más de setecientas horas sentados el uno ante el otro con un tablero de por medio. ¿Se imagina el lector lo que puede suponer pasar setecientas horas sentado, en completo silencio, frente a la persona a la que más odias en el mundo? Su personalidad completamente antagónica, y lo parejo de sus resultados, disparó la repercusión de sus encuentros. La última partida del mundial que disputaron en Sevilla en 1987, retransmitida en directo por TVE, alcanzó una audiencia de trece millones de espectadores, un récord que tardaría mucho en caer.
El ocaso de Karpov privó al ajedrez de uno de sus mayores atractivos deportivos, aunque Kasparov, sin un rival humano a su altura, aún consiguió una enorme repercusión con sus duelos contra la computadora Deep Blue. Despojado del título de campeón del mundo en 2000 por su antiguo discípulo Vladimir Kramnik, Kasparov todavía logró mantenerse como número uno del mundo hasta 2005, año en que decidió retirarse tras dos décadas en la cumbre. Su marcha parecía dejar al ajedrez huérfano de una gran figura que consiguiera atraer el interés mediático. Pero poco antes de su retirada se había cruzado brevemente en su camino un muchachito noruego que estaba destinado a convertirse en «el nuevo Bobby Fischer» que el ajedrez necesitaba: Sven Magnus Carlsen.
Carlsen hizo a los trece años todo lo que se supone que debe hacer un niño prodigio, como dar la campanada derrotando a una leyenda del juego —Anatoly Karpov fue su primera víctima— y aparecer en la prensa bajo el apelativo de «el Mozart del ajedrez». A los dieciséis años ya era una figura consagrada que se codeaba con la elite mundial con todo desparpajo, y a los diecinueve ascendió al primer puesto del ranking internacional, posición que no ha abandonado desde entonces. Su mayor desafío desde ese momento parece ser el de batir un récord tras otro: en puntuación Elo, que mide la fuerza teórica de un ajedrecista, superó recién cumplidos los veintidós años la marca histórica que ostentaba Kasparov, lo que le acredita como el mejor jugador de ajedrez que jamás ha existido. Los 2870 puntos que exhibe ahora le dan una ventaja de casi setenta puntos sobre el segundo en ese ranking; el lector menos avezado en ajedrez quizá no entienda muy bien estas cifras, pero confíe en lo que le digo: es una barbaridad. Su superioridad es aplastante, y en determinadas posiciones juega con la perfección de una computadora.
Pero Carlsen tiene aún otro talento más, un característica intangible aparte de su habilidad para definir estrategias y calcular secuencias tácticas sobre el tablero: Es tremendamente carismático. No solo aparece en losrankings de ajedrez, sino que la revista Cosmopolitan le nombró también «uno de los cien hombres más atractivos del año 2013», y Time lo incluyó en su lista de «las cien personas más influyentes» ese mismo año. Atrae a la prensa como un imán, y no solo a la de su país, que nunca antes había contado con una figura deportiva a nivel mundial. Consigue patrocinadores privados como en los mejores tiempos de Fischer o Kasparov. Es, incluso, la imagen de una conocida marca de ropa, que luce su foto a tamaño gigante en sus tiendas por todo el mundo, junto a la de la modelo y actriz  Liv Tyler. «Así que… nuestro reportaje sobre ajedrez está recibiendo más visitas que nuestro artículo sobre las cien mejores modelos de Victoria’s Secret», comentaban sorprendidos en la cuenta de Twitter de la revista masculina British GQ.
Fotografía promocional de Magnus Carlsen.
Fotografía promocional de Magnus Carlsen.
Un par de anécdotas ilustrativas: cuando los Red Hot Chili Peppers actuaron en Rock in Rio en el año 2011, descubrieron que se hospedaban en el mismo hotel que Carlsen. Sin dudarlo un minuto, pidieron a su representante que les arreglara un encuentro con el campeón. A los pocos días, la foto de Magnus Carlsen jugando al ajedrez en su habitación de hotel con los famosos artistas ya había sido reproducida en la mitad de las publicaciones musicales del planeta. Es comprensible, a la vez que triste, que al pobre Carlsen le empezaran a llamar «el Justin Bieber del ajedrez», apodo que hace muy poca justicia con su inmenso talento. Pero sus fans tienen la culpa: al comienzo del campeonato mundial, varias de sus seguidoras noruegas se quitaron la camiseta para escribir sobre su cuerpo mensajes de apoyo que le hicieron llegar a través de Twitter. Eso sí que ha supuesto una revolución en el mundo del ajedrez.
Sin embargo, Carlsen no es el único que aporta fama y carisma en este Campeonato del Mundo. Hemos dejado para el final a su rival, el vigente campeón, Viswanathan Anand, cuyo caso recuerda un poco al del famoso fenómeno de las matemáticas Srinivasa Ramanujan: ambos son un talento único y explosivo, surgido en un lugar tan inesperado como la India. Vishy, como se le suele llamar, se convirtió en un gran reclamo para el ajedrez, por su personalidad fresca y chispeante, y por una característica peculiar: no solo destrozaba a sus rivales, sino que lo hacía sin apenas pensar, efectuando sus jugadas a una velocidad endiablada, con la misma soltura y elegancia con la que un crupier reparte cartas. Su primer gran éxito lo obtuvo en el torneo de Reggio Emilia (Italia) en 1991, cuando siendo aún un jovencito se llevó el triunfo por delante de Kasparov y Karpov.
Anand, sin embargo, se vio incapaz de superar a estos dos legendarios campeones en un match por el Campeonato del Mundo. Falló en su intento ante Kasparov en 1995, pese a haberse adelantado en el marcador. Y de nuevo se estrelló frente a Karpov, en 1998, de una manera especialmente dolorosa: las seis partidas previstas arrojaron un resultado de empate, y el título se decidió en dos partidas rápidas de desempate, que supuestamente eran la especialidad de Anand. «Algunos dicen que no gané a Kasparov en 1995 porque carezco de su “instinto asesino”. Sin embargo, no hubiera sido natural que yo jugase con la agresividad con la que lo hacía él. Un jugador tiene que llegar a campeón del mundo jugando con su propio estilo, y no con el de nadie más», me explicó en una entrevista pocos días después de obtener su primer título.
Tras estos dos intentos fallidos, Anand obtuvo su primera corona en el año 2000. Y la revalidó en 2007, 2008, 2010 y 2012, siendo además el jugador que consiguió «reunificar» el ajedrez, acabando con el cisma que había ocasionado Kasparov al crear en 1993 una organización paralela a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Y un mérito añadido es que Vishy ha ganado esos cinco mundiales en diferentes formatos: el tradicional match a varias partidas con el mismo jugador (como este de Chennai), pero también en formato por eliminatorias, o por torneo, modalidades con las que la FIDE experimentó durante unos años para intentar hacer este deporte más atractivo. Hablamos por tanto, a sus cuarenta y tres años, de un verdadero coloso, al que un sexto título le otorgaría un espacio privilegiado en la historia del juego. Si Carlsen lo permite, claro está.
El «fenómeno Anand» en India es también digno de estudio. Junto con las estrellas de críquet, es el único deportista importante con el que cuenta este país de mil doscientos millones de habitantes. Es algo así como el fenómeno de Rafa Nadal o Fernando Alonso en España, pero multiplicado por treinta. «Yo soy más famoso en India que Maradona en Argentina», me comentó en una ocasión, entre divertido y avergonzado a la vez. Protagoniza multitud de anuncios televisivos, y su participación en grandes torneos obliga a reforzar la parte técnica de la retransmisión (las partidas suelen emitirse por internet, y cualquiera puede seguirlas cómodamente en directo desde un simple smartphone), para asegurarse de que los servidores aguantan la «embestida» de cientos de miles de seguidores indios, ávidos por seguir las evoluciones de su ídolo. Y en esta ocasión, por primera vez en su carrera, Anand juega en su casa, en la ciudad que lo vio crecer. Es el momento de su vida, y también probablemente el momento más importante en la historia del deporte en este inmenso país. La ceremonia de inauguración del mundial se celebró en un estadio de fútbol, y a pesar de lo largo y tedioso del acto, treinta mil espectadores aplaudieron como posesos. Una victoria de Vishy, que no parte como favorito precisamente, conllevaría varios días de fiesta, incluyendo un desfile con carrozas y elefantes, como cuando logró su primer título. Y por el contrario, una derrota supondrá una tragedia nacional; pero el duelo de los aficionados indios quizá merezca la pena si las seguidoras de Magnus vuelven a arrancarse la camiseta.
http://chennai2013.fide.com

viernes, 22 de noviembre de 2013

Ajedrez y crisis económica en España


La Asamblea de la FCE ha aprobado por una amplísima mayoría separar las licencias catalana y española, y hacer esta ultima voluntaria. La licencia española es la que da acceso a tener elo FIDE.
¿Qué jugadores necesitaran el elo FIDE en Catalunya?. Los que juegan torneos fuera de Catalunya, los que quieran participar en grupos A del Circuit Català y los que quieran participar en algún Campeonato de España.

Ningún Campeonato de Catalunya se evaluará para FIDE, porque se ha de garantizar que los que no tienen licencia española también pueden participar.

¿Qué pasará con los Opens semanales y con los grupos B de los internacionales? Previsiblemente dejaran de computarse para FIDE, porque si no muchos jugadores no podrán participar. Esto reportará colateralmente un ahorro para los organizadores que no tendrán que pagar 2 euros por jugador.

El Ajedrez catalán ha decidido cambiar de modelo de evaluar las competiciones, para afrontar la crisis económica, sin estar al albur de los aumentos detasas que decida la FEDA.

No es un modelo nuevo, es el modelo de la mayoría de países afiliados a la FIDE.  

La FCE presentara en la próxima Asamblea una revisión de la reglamentación para mejorar el elo catalán.

Los  que en internet se han dedicado a sembrar el pánico sobre esta propuesta ya tienen su respuesta  42 a favor  2 en contra.

(De www.ajedreznd.com)

viernes, 5 de abril de 2013

¿Para qué sirve un club de ajedrez?:







Este año 2013 el primer equipo de mi club, el Sant Martí de Barcelona, no ha hecho una buena temporada y hemos estado a punto de bajar a 2a División catalana, aunque en el conjunto de la entidad han ascendido tres filiales y no ha bajado ninguno.

Durante una comida un jugador del primer equipo dijo: ¿y qué si bajamos?

A todo el mundo le gusta que su club juegue en categorías muy altas, tener mucho elo y creerse un gran jugador y por eso quizás algunas federaciones no paran de crear grupos en esas categorías, debilitando todas las demás.

A diferencia de los directivos de las empresas que dependen de los resultados anuales para mantenerse en el cargo, creo que en las entidades sin ánimo de lucro que somos la mayoría de los clubs de ajedrez, se debería valorar la trayectoria de la entidad más que un hecho puntual como es el ascenso o descenso de un equipo de categoría.  

Creo que en los clubs de ajedrez o del deporte que fuera, debería ser más importante la componente social que la deportiva. Las categorías que se ganan un año se pierden al siguiente o dentro de dos porque normalmente no se puede competir con los equipos profesionales si llegas muy arriba. Una entidad con un gran abanico de actividades, que abre cada día, dónde se da clase a los niños para sacar nuevos jugadores y dónde los socios se sienten a gusto, podrá estar más arriba o más abajo en un campeonato, pero esa entidad tiene futuro.

Las que dependen del talonario o de jugadores foráneos con una mínima vida social tienen un futuro comprometido. Al menos la experiencia así lo demuestra.

El ajedrez, además de ser un juego interesante y emocionante si tienes la paciencia de dedicarle bastantes horas para aprender, lo cual va en contra de la tendencia mundial a la inmediatez, tiene un componente social clarísimo. Yo creo que cuando un niño viene a mi entidad no sólo se le enseñan unos conocimientos sobre el juego, si no también una forma de comportarse y unos valores sociales de amistad, compañerismo, respeto al rival y educación que se complementan.

Por eso creo que lo importante es estar en una entidad donde te sientas a gusto, en un grupo de buenas personas, dónde te ofrezcan actividades para aprender y al mismo tiempo en la que te puedas implicar y aportar tus conocimientos para enriquecerla.

Al cabo de los años, el haber estado en una máxima categoría se transformará en un recuerdo en la memoria de algunos socios, una copa o una foto colgada en una pared, si alguien se preocupa de colgarla.

Sólo si los socios de la entidad están cohesionados alrededor de un proyecto coherente y a largo plazo y tienen un claro objetivo social, la entidad irá prosperando en el tiempo y tendrá futuro y lógica dentro del tejido social al cual pertenecemos los clubs de ajedrez. Lo otro es pan para hoy y hambre para mañana.      

Barcelona, 20-03-13

Ricard Llerins
 
Fuente: http://ajedreznd.com/2013/llerins.html

lunes, 25 de marzo de 2013

Vencedores y vencidos


No es el mejor el que gana, ni el que

objetivamente entiende mejor

el ajedrez, sino el luchador más 

tenaz, lo mismo que en la vida.

JAN HEIN DONNER (a los 23 años)


martes, 5 de febrero de 2013

Al ajedrez juegan cuatro frikis (parte 2).

Editorial
 
Al ajedrez juegan cuatro frikis (parte 2).
 
Este artículo podría titularse “Pronto jugarán solo 3 frikis por las trabas y dificultades que nos ponen”.Cada vez menos recursos para tirar adelante nuestra afición.

Me siento halagado hasta cierto punto y desbordado por la calurosa y entusiasta acogida de mi espontáneo (y nada meditado) artículo publicado en Ajedrez ND a principios de enero de 2013 titulado “Al ajedrez juegan cuatro frikis”.
Ver artículo en este enlace: http://www.ajedreznd.com
 
Numerosos amigos y conocidos del ámbito del ajedrez y, lo mas gratificante, muchos desconocidos de diferentes puntos de España, incluso de Latinoamérica, me han escrito por diferentes vías para felicitarme, compartir alguna reflexión o, simplemente, pedirme permiso para difundir mi modesto escrito.  También, varios Grandes Maestros y Maestros Internacionales, la mayoría que conozco personalmente, y alguno que no, me han escrito y se lo agradezco sinceramente.

Esta difusión me empujó a intentar buscar algo más de información por vías, digamos menos convencionales y públicas y contactar con personas expertas de diferentes federaciones deportivas y algunas otras fuentes que no puedo revelar, más que nada porque las opiniones, no son datos y el rigor me impide realizar afirmaciones sin soporte numérico o documental y porque me han rogado anonimato.
 
Un dato que es, más que friki, directamente espeluznante, es el dato de recortes al deporte en España. A nivel de ajedrez federativo, entre 2011 y 2013 (estimado) pasa a ser de casí 1/3 de la cifra de 2011, reducción de más del 65%. El recorte, necesario a todos los niveles en este país, es significativamente mayor en deporte y, brutal, en ajedrez.
Hay una pequeña puntualización en cuanto a los datos de mi primer escrito en el número de licencias. En muchos deportes, solo se federa a un deportista cuando alcanza unos mínimos o requisitos. En el caso del ajedrez, te federas instantáneamente cuando lo deseas. En esos deportes de mínimos, el resto de licencias son autonómicas y no cuentan para el Consejo Superior de deportes. Igualmente, aunque me aclaren esto, los números que publiqué son sangrantes en contra del ajedrez, guste o no.
Fuentes consultadas, consideran que el CSD no nos trata como a frikis, sino que consideran bien al ajedrez. Menos mal, me permito opinar. Menos mal. Supongo que los ajedrecistas somos exigentes o, simplemente, querríamos algo más de reconocimiento y apoyo a nuestro deporte.
Se intenta justificar el baile de cifras aludiendo a que en muchos deportes hay que dotar de infraestructuras o elementos para la práctica de los mismos, que son caros o que son difíciles de adquirir por los deportistas.
Señores, que en muchos clubs iría estupendamente una pizarra digital, que cuesta más de 2.000 euros. Y muchos clubs podrían comprar un ordenador portátil (o 2, o 3) para utilizarlo para clases o estudio de los socios. Y se podrían comprar más relojes, tableros y/o mesas. En fin, que es ridículo que se de más importancia a piraguas, canastas, escopetas o mesas de billar, que a nuestros elementos ajedrecísticos.
En contrapartida, es necesario hacer algo de autocrítica respecto a la poca o nula actividad de un gran porcentaje de ajedrecistas catalanes que solo juegan el “por equipos” y algún torneo el que más. Como no dispongo de datos de todo el 2012, he cogido la lista de la FCDE de Octubre de 2012, donde aparece la evaluación de ELO de los 7.851 jugadores con licencia en nuestra federación en ese momento. Cómo hay que hacer un “corte”, he cogido 27 partidas en ese período que detalla esa lista, disponible en www.escacs.cat, que serían 3 torneos de 9 rondas. Obviamente hay muchos de 26, 25, etc.., pero hay que cortar por algún sitio. Pues bien, hay 345 jugadores (entre los que me cuento) que, en esa lista, aparecen con 27 partidas o más. Es bastante significativo que sólo alrededor de un 5% sean tan activos, por las razones que sean. Obviamente muchos torneos de activos y rápidas no están incluidos si no computan para ELO. Seguramente, entre esos 345, o entre los 500 primeros, están los que juegan (jugamos) muchos de esos torneos.
Bien, quizá no sean “4 frikis” los que juegan al ajedrez pero si que, realmente, el número de jugadores que juegan con bastante regularidad, sin ser profesionales o maestros, no es muy alto y, de hecho, por ahí puede venir cierta pérdida de “fuerza” social del ajedrez: la falta de práctica habitual de una mayoría de los federados. El hecho de que haya muchísimos niños que no juegan más que escolares y ningún torneo, también puede ser un elemento distorsionador.
En lo que si he encontrado cierta unanimidad es en el “hecho diferencial catalán” del Club como unidad vertebradora del ajedrez en Catalunya. Las fuentes coinciden en que, en general, incluso en Catalunya, ya no se ven clubs abiertos por las tardes con gente jugando. El ajedrez se ha individualizado más que nunca. Internet ha hecho mucho bien pero, también, mucho mal. “Antes”, si querías jugar unas rápidas, te acercabas al club y te medías a tus compañeros. Hoy, te metes en ICC o cualquier portal de juego y puedes jugar con miles de jugadores de países recónditos y niveles dispares, con los que jamás podrías jugar de no ser por la red. Recuperar una mayor actividad en los clubs es un paso necesario, y difícil, para dar un mayor impulso al ajedrez.
Visto esto, el campeonato por equipos, el tradicional torneo donde más de 6.200 jugadores (creo que es el número) se movilizan durante 9 domingos por la mañana entre enero y marzo, con madrugones, desplazamientos, alegrías, tristezas, desayunos compartidos y algún que otro vermut al acabar, es el gran vertebrador de los clubs y, quizá, el último gran vestigio de la tradición de los clubs en Catalunya.
Dónde si que hay una cierta preocupación es en la consideración social del ajedrez. Los esfuerzos de pedagogos, prestigiosos periodistas expertos como Leontxo García, entre otros, y el trabajo de las escuelas de ajedrez y clubs, parecen, a veces, vanos ante la falta de sensibilidad (y presupuesto, entre otras cosas) para introducir, de verdad, y de manera ordenada, planificada y estructurada dentro de los planes de estudio, del ajedrez en las escuelas. Las iniciativas, en toda España, nacen mayoritariamente del esfuerzo y tesón de personas que, en cada localidad, escuela por escuela, con el apoyo, casi siempre, del Ayuntamiento de turno, o la Diputación o Consejo comarcal, llevan a cabo una tarea poco valorada, dura y, en ocasiones, frustrante, si no fuera por la satisfacción que comporta ver a tantos y tantos niños y niñas jugar y que, de ellos, vayan saliendo talentos que nutren los clubs y consiguen ese relevo generacional para este deporte-juego-ciencia que, para muchos es de frikis o de tipos raros, introvertidos y aislados socialmente.
Para nosotros, es más que un deporte, que un juego, que una ciencia. Es una pasión.

Ramón Caro, febrero de 2013.
 
 

martes, 8 de enero de 2013

España, crisis y ajedrez

Editorial de la web Ajedreznd


Editorial
Al ajedrez juegan cuatro frikis.


Me hice esta pregunta hace algunas semanas, al hilo de una conversación con un amigo en que me decía: “Al ajedrez jugáis cuatro frikis”. Yo, que había visto el dato en la web del Consejo Superior de Deportes, le rebatí que no, que al ajedrez jugaban más de 23.000 personas federadas, de las cuales 7.319 en Catalunya (dato que vi en Ajedrez ND).
Cómo no me gusta hablar de oídas, sin datos y sin información fiable, pensé que podía buscar una información que me diese pistas y, por qué no decirlo, me cabrease. Intuía que, si bien el ajedrez no es un deporte practicado por “4 frikis”, sino por 23.122 federados (datos de 2011, los últimos disponibles en el Consejo Superior de Deportes, en adelante CSD), el trato económico de las altas esferas a nuestro noble, pero poco reconocido, deporte iba a ser de “traca i mocador”.
Pues bien, las sospechas se confirman con un simple ejercicio numérico y de análisis.
Con datos públicos y disponibles en internet del número de licencias y clubs en este enlace:

y, lo que es más “curioso” y jugoso, del DINERO público destinado a cada deporte, en este otro enlace:http://www.csd.gob.es/csd/estaticos/asoc-fed/2011-6-datos-economicos.pdf
surgen muchos interrogantes.

Yo sólo planteo algunas preguntas y hago observaciones.  Desconozco los criterios de asignación y reparto de subvenciones pero atendiendo al número de licencias, que es un buen parámetro para medir, salen cosas cuanto menos curiosas (y algunas, sospechosas):

1)    El ajedrez es el deporte 25º en número de federados de los 59 deportes que aparecen en la lista. He eliminado las actividades de discapacitados y las 2 que estaban al final (Baile deportivo y fútbol americano). Luego, NO es un deporte para frikis, como todos los aficionados del ajedrez sabemos. Si menor número de licencias es igual a más frikismo (por la rareza del deporte), es MÁS friky el Rugby, el Triatlón, el Automovilismo, el Piragüismo, el Surf, el Remo, el Hockey, la Espeleología, Esgrima, Boxeo, Billar, Squash o la halterofilia, todos ellos con MENOS federados que el ajedrez.

2)    Otro dato importante: el número de clubs. Independientemente de que hay deportes exclusivamente individuales y otros exclusivamente por equipos, el ajedrez combina ambas posibilidades y, por ello, tiene una doble vertiente que, quizá ayuda a vertebrar los clubs como punto de encuentro y cohesión entre ajedrecistas. Igualmente, hay razones históricas que explican, seguramente, que seamos el deporte número 13 en número de clubs en España: 961 clubs en 2001. Ahí sí que tenemos deportes “mucho más frikis” (porque hay MENOS clubs) que el ajedrez. Hay menos clubs de judo, patinaje, gimnasia, padel, voleibol, billar, rugby, hockey o remo, entre otros. Otro mito desmontado sobre el frikismo o extravagancia del ajedrez. Deporte número 13 en número de clubs. Casi nada.

3)    Entramos en un terreno espinoso. Aclaro que desconozco los criterios de asignación presupuestaria. Sólo tomo datos públicos, y los confronto. Según el CSD hay 3 fuentes de financiación: recursos propios, subvenciones CSD y Ayudas ADO que, por lo que veo, no proceden para el ajedrez, imagino que porque son para deportes olímpicos. Pues bien, realizando una sencilla operación con la hoja de cálculo, que es dividir los recursos propios y la subvención del CSD entre el número de licencias, los resultados son muy sorprendentes. El ajedrez recibe 14,87€ por licencia, con lo que pasa al puesto 45 del ranking en ingresos federativos. Me sorprende, y mucho, que hay deportes que reciben más de 1.100 euros por licencia federativa, como el pentatlón moderno. Otros, como los deportes de hielo, halterofilia, deportes de invierno, motonáutica, esquí náutico, boxeo, hockey, gimnasia, esgrima piragüismo o billar, están por encima de los 100 euros. Me pregunto que hemos hecho de malo los ajedrecistas para que nos den tan poco dinero en comparación a los amigos del billar (99,44€) o el hockey (221,17€).

4)    Por si fuera poco, el ajedrez es de los pocos deportes donde el 51% de sus recursos sale de “recursos propios” y el 49% de “subvención del CSD”. Hay sorprendentes ejemplos de deportes con subvención por encima del 60% como Aeronaútica, bádminton, béisbol, motonáutica (806 federados, 247,65€ de subvención) o deportes de hielo (423,61€ euros por licencia para 1.798 federados). Totalmente desconcertante para mí es que deportes como esquí náutico (85% de sus ingresos), halterofilia (86%), boxeo (80%), bolos (74%) o esgrima (70%) tengan tal nivel de subvención con menos federados, TODOS ELLOS, que el ajedrez.

5)    Finalizo este pequeño análisis, que no es exhaustivo pero si ilustrativo, con dos observaciones. Los deportes siguientes, reciben una inyección de fondos del CSD muy superior a sus recursos, lo que redunda en mayores posibilidades de promoción y crecimiento: kárate, tiro olímpico, ciclismo, patinaje, petanca y gimnasia. Todos ellos superan al ajedrez en número de licencias (ninguno, sin embargo, llega a triplicarlo), pero sus subvenciones son monstruosas, llegando a 104,32 euros del CSD para la gimnasia (con casi los mismos federados que el ajedrez).

6)    Por último, ordenando los recursos de cada deporte (suma de recursos propios+subvenciones) el ajedrez cae hasta el puesto 51, teniendo menos recursos totales que nosotros sólo: Orientación, kárate, Actividades subacuáticas, colombicultura, petanca, pesca y casting, montaña y escalada o caza.
Así que, ya sabéis, nos toca jugar a la petanca, ir a cazar o liarnos a patadas de kárate para cambiar esta situación porque el ajedrez, está claro que no es un deporte de frikis, pero que nos toman por tales, o por tontos, está claro, de ver como nuestros gobernantes reparten el dinero que, no lo olvidemos, es de todos.


Un saludo y feliz 2013.
Ramón Caro
Enero 2013.